La meditación, técnica de relajación milenaria, es una solución sencilla, eficaz y rápida para revitalizar el espíritu y los sentidos; esta poderosa herramienta de relajación nos ayuda a mantener en sintonía nuestra energía interna con el ambiente que nos rodea, también es una forma de mostrar nuestra gratitud con la vida y desahogar aquellos sentimientos que nos aprisionan e impiden que fluyamos con naturalidad. 

Esta técnica es tan bondadosa que aun si cuentas con una agenda apretada, bastan 2 minutos de práctica diarios para experimentar un sinfín de beneficios tanto físicos como emocionales; puedes intentarlo al despertar, como una forma de agradecimiento por un nuevo día, o al anochecer como un método de relajación que facilitará un descanso profundo. 

Cenote del ambiente Zen Grand de Grand Velas Riviera Maya
Ambiente Zen Grand en Grand Velas Riviera Maya

Anteriormente, hablamos de la importancia de acompañar tus sesiones de meditación con sonidos de la naturaleza, los cuales ayudan a transportar tu mente a ese ambiente que te brinda tranquilidad; diversos estudios científicos señalan que los paisajes sonoros naturales estimulan las conexiones neuronales de nuestro cerebro reduciendo la tensión del cuerpo, de igual manera activan el sistema nervioso parasimpático, mismo que permite restablecer la energía corporal.

El mar fue nuestro acompañante durante nuestro anterior ejercicio de relajación, en esta ocasión es turno de la selva, déjate envolver por el sonido del viento acariciando las hojas y experimenta su efecto terapéutico.

Recuerda aplicar estos sencillos consejos durante tu sesión de meditación:

  1. Usa ropa cómoda

    Te recomendamos quitarte tus zapatos y usar ropa que te permita moverte libremente.

  2. Busca un lugar tranquilo

    Para lograr un mayor grado de concentración es importante que busques un espacio donde no percibas ningún tipo de distracción o interferencia.

  3. Adquiere una postura correcta

    Lo ideal es sentarse en el suelo, ya sea sobre tus rodillas o con las piernas cruzadas, con la espalda recta y los brazos relajados.

  4. Concentra tu mente en los sonidos de la naturaleza

    Cierra tus ojos, deja fluir tus pensamientos y centra tu atención en cada detalle de la selva: el olor de la vegetación, la sensación envolvente de sus árboles y el sonido de su fauna.