Sentir la brisa del mar en el rostro, el viento moviendo el cabello, el calor de la arena que entierra los dedos de los pies, el aroma fresco de la espuma de las olas y el sonido de todos los elementos de la playa que en armonía deleita las sensaciones.

Esas experiencias que vives al visitar ese lugar caluroso y perfecto para unos días de vacaciones son las que más se extrañan en estos días de estancia en casa. La primavera se comenzó a sentir pero recién comenzábamos a distanciarnos socialmente, sin embargo en mi hogar he compartido diferentes actividades con mi familia.

Algunos días cocinamos juntos algún postre, he inventado algunos juegos para mis niños con los cojines de la casa, redecoramos nuestras habitaciones y organizamos de forma diferente nuestros muebles, nos repartimos las tareas del hogar y al final siempre disfrutamos de una buena charla a la hora de la comida.

Por un momento toda mi atención se centró en ellos, claro, mi familia lo es todo, pero sabía que para que continuáramos fluyendo en la dinámica, debía cuidar también de mí, tener un tiempo para consentirme y relajarme.

Hacer ejercicio por las mañanas balancea mi energía, reconecta mis pensamientos y libera todo lo negativo, sin duda, meditar con el sonido de la olas le ha dado un sentido diferente a mi respiración, me hace recordar esos momentos en la playa, llenos de paz.

Estirar cada músculo y respirar al ritmo de las olas, pareciera que el tiempo se detiene, le da claridad y creatividad a mi mente. Se libera todo el estrés y comienzo el día muy feliz.

Me encantan las meditaciones y esta la encontré fácil y relajante, muchas gracias.

Begoña Pérez Lampre
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Gracias por seguir compartiéndonos tus historias. Vivimos esta temporada en casa de forma diferente y buscamos el bienestar propio para transmitirlo a las personas con las que convivimos. ¿Qué otras actividades han despejado tu mente?