A medida que las industrias a nivel mundial han crecido, a la par, ha ido adaptando sus sistemas de producción para dañar cada vez menos al planeta. De tal forma, como consumidores también comienzas a adaptar tu estilo de vida para dejar una huella de carbono menos notoria.

Sin lugar a duda una de las grandes industrias líderes es la de la moda, que si bien ha tenido cambios constantes a lo largo de la historia, cada vez más marcas tienen claro que un producto sostenible o con menos impacto a la naturaleza es un punto positivo adicional para concientizar sobre el problema a nivel mundial.

¿Qué es la moda sustentable?

También conocida como slow fashion, ha comenzado a hacer más ruido los últimos años, debido a que su contraparte, el fast fashion comenzó a ganar popularidad, desafortunadamente con efectos negativos al planeta.

Hablamos de aquellas empresas cuyos productos son de menos calidad y por ende, de una vida corta, por lo que el ciclo de uso de una prenda termina pronto y es necesario comprar más ropa. La moda sustentable, por el contrario busca que sus productos sean de mejor calidad con la finalidad que su ciclo de vida sea más largo e incluso que, por sus materiales, pueda reutilizarse.

Bajo un concepto aún más grande, en general la slow fashion busca 3 objetivos principales:

  • Reducir el impacto al medio ambiente.
  • Garantizar derechos laborales dignos en todo el ciclo de vida de una prenda.
  • Economía circular, es decir no solo hablar de cantidad, sino también de calidad.

¿Cómo reconocer a la moda sustentable?

Individualmente se puede hacer una ligera investigación de los lugares y marcas en los que compramos ropa. Estos son algunos puntos importantes que puedes considerar:

  • Diseño: pregúntate si es un diseño pasajero o si de verdad podrías utilizarlo en la temporada del siguiente año. Esto no está ligado a la creatividad y originalidad que cada firma de moda añade a sus colecciones, va más bien enfocado en el tiempo de vida que le daremos al look que nos dará esa prenda.
  • Fabricación: tal vez no podamos inspeccionar con lupa sus procesos de producción, pero al ver una prenda analiza un poco el origen de sus telas. Lo ideal es que sean fibras naturales como el algodón, bambú o cáñamo.
  • Embalaje: observa cómo te entregan tu producto, es importante que las empresas también tengan claro que reducir este tipo de impacto ecológico también forma parte del ciclo de vida de una prenda.

Claro, hay muchas otras medidas para cuidar cada día un poco más nuestro planeta, tal vez un huerto en casa, hacer composta o redecorar la ropa que tengas guardada en tu armario es un gran comienzo.