Mantener un estilo de vida saludable no implica grandes cambios, sino pequeñas acciones consistentes y constantes. Queremos compartirte 5 consejos para continuar tu rutina de bienestar, sin importar donde te encuentres.

1. Meditación de 2 minutos

La meditación es una poderosa herramienta de bienestar, y aunque no cuentes con mucho tiempo para crear ese espacio en tu día, puedes tomar 2 minutos para lograr una sensación de paz.

  • Por 90 segundos (cronometrados) conecta con esa emoción que no logras liberar y siéntela profundamente; nómbrala, llévala al máximo. Siéntete seguro en este espacio mientras revisas la emoción, es solo por 90 segundos.
  • Sacude las manos, mueve de lado a lado tu cabeza.
  • Piensa por al menos 30 segundos en los motivos que tienes para sentirte agradecido con la vida. Abraza ese sentimiento y evócalo cada vez que una emoción negativa comience a rondar.

2. Agua: fuente de vida

El agua mantiene nuestros sentidos alerta, la mente dispuesta a prestar atención, tener vitalidad, mejorar la memoria visual, mantener un estado de calma y evitar la fatiga y la somnolencia.

Aunque la cantidad de agua ideal depende en gran medida de tu estilo de vida, la Organización Mundial de la Salud recomienda que la ingesta diaria sea de 42.9 mililitros por kilogramo de peso corporal, es decir que una persona de 70 kilogramos, deberá beber al menos 3 litros al día.

Tips: en ocasiones podemos tener la sensación de hambre después de haber comido, pero en realidad es una llamada a tomar agua para ayudar al organismo a realizar toda la labor de digestión. 

Añade una rodaja de limón a tu té para un boost de vitamina C.

3. Dosis de antioxidantes

Los antioxidantes son producidos naturalmente por el cuerpo, y ayudan a proteger el organismo del ataque de los radicales libres, causantes de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y cáncer.

Añade un toque extra de antioxidantes a tu día:

  • Chocolate amargo – Regula la presión sanguínea y eleva los niveles de colesterol “bueno” HDL, ayudando a reducir la oxidación del colesterol “malo” LDL, responsable de la inflamación de vasos sanguíneos que derivan en enfermedades del corazón.
  • Nueces – Fuente de grasas saludables, minerales y alto contenido de antioxidantes, las nueces favorecen sus niveles en la sangre. Aportan calorías, por lo que su consumo debe ser moderado.
  • Fresas – Junto con las moras y las frambuesas, las fresas contienen vitamina C, antioxidantes y antocianinas que le dan el color rojo tan característico, y reducen el riesgo de enfermedades al reducir los niveles de colesterol “malo”.

4. Esencias para el alma

Los nervios de nuestras narinas, los orificios por los que respiramos, son ultra sensibles a los olores. Se dice que el sentido del olfato es el único capaz de transportarnos a otro momento en nuestro pasado, y recordarlo vívidamente.

Por eso, te sugerimos elegir un aroma de acuerdo con el objetivo específico:

  • Lavanda – Es relajante, elimina tensiones y dolores de cabeza, mejora la depresión y el insomnio.
  • Jazmín – Es un poderoso antidepresivo natural.
  • Rosa – Reduce el estrés y la tensión.
  • Menta – Alivia la fatiga mental, el estrés nervioso y las palpitaciones.
  • Romero – Útil en la bronquitis, asma, y catarros, además de tener propiedades analgésicas.
  • Limón – Renueva la energía, y deja una sensación de frescura y alerta

5. Masaje de cabeza de 3 minutos

El cuero cabelludo y la cara en general cuenta con un gran número de terminaciones nerviosas, lo que los hace muy sensibles al tacto. Masajear esta zona ayuda a alcanzar estados de relajación muy profundos.

  • Frota tus manos hasta generar calor.
  • Alcanza tu omóplato izquierdo con la mano derecha y presiona con las yemas de los dedos con firmeza, mientras giras muy lentamente tu cuello en ambas direcciones. Repite 3 veces. Cambia de mano.
  • Con los dedos índice y medio de cada mano, presiona el entrecejo y lleva los dedos hacia arriba por la frente y hacia abajo hasta las sienes. Repite 5 veces.
  • Tapa tus ojos con las manos y ejerce presión con las 10 yemas de los dedos sobre la frente. Deslízalos hacia arriba y hacia atrás hasta llegar a la nuca. Repite 3 veces.
  • Masajea tus orejas suavemente utilizando los dedos índice y pulgar, desde el pabellón y hasta el lóbulo. Con el dedo índice recorre la parte posterior de las orejas de arriba abajo.