¿Existe algún sabor que te transporte a una memoria feliz de tu infancia? Aunque sencillos, hay platillos que se convierten en joyas familiares porque, además de ser deliciosos, despiertan recuerdos entrañables con nuestros seres queridos. En esta ocasión, Adrián Aguayo, Chef Ejecutivo del restaurante Lucca en Grand Velas Riviera Nayarit, nos comparte uno de los más grandes tesoros culinarios de su niñez: la receta del caballero pobre.

El sabor de la infancia

La primera vez que el chef Adrián probó el dulce sabor del caballero pobre fue en un día lluvioso de su infancia. El aroma a vainilla y canela lo guió hasta la cocina, donde su madre transformaba algo tan simple como un bolillo en un manjar.

La curiosidad se apoderó de él al escuchar el nombre, pero la verdadera lección la tuvo al probar la combinación perfecta de azúcar, canela y pan frito. Un platillo lleno de amor y tradición que le enseñó que lo mejor de la vida se encuentra en las cosas más sencillas.

¡Descubre más en esta entrevista con el chef Adrián Aguayo!

Receta: caballero pobre

En Yucatán, el caballero pobre es mucho más que un postre: representa el ingenio de la cocina mexicana. Su nombre divertido proviene de la época colonial, cuando las familias encontraban la manera de dar nueva vida al pan duro del día anterior. Con leche, huevo, azúcar y un toque de almíbar, lo transformaban en un bocado dulce y reconfortante.

Se le llamó así porque era la versión humilde de postres europeos como la torrija española o el pain perdu francés, preparados en mesas aristocráticas con ingredientes más finos. En contraste, este platillo juega con la ironía de llamar “caballero” a un postre que aprovecha elementos de días pasados.

Ahora tú también puedes compartir el sabor de este postre con la receta del chef Adrián:

Ingredientes:

  • 1 bolillo o baguette
  • 3 pzas de huevo
  • 100 gr. de azúcar
  • 10 ml. de vainilla
  • 2 gr. de canela molida
  • 500 ml. de leche
  • 1 L de aceite vegetal

Procedimiento:

  1. Mezcla las claras con una batidora eléctrica a velocidad media o a mano, hasta alcanzar una consistencia homogénea.
  2. En un recipiente grande, mezcla la leche y la vainilla e incorpora todo.
  3. Vierte aceite en un sartén grande a fuego medio.
  4. Remoja cada rebanada de pan en la mezcla de leche y después pásala a la mezcla del huevo para cubrirla totalmente.
  5. Corta el bolillo en rebanadas y fríe cada una por 1 minuto de ambos lados, hasta que estén doradas.
  6. Coloca las rebanadas ya fritas en un refractario cubierto de servilletas absorbentes para retirar el exceso de aceite.
  7. En un recipiente plano mezcla el azúcar y la canela.
  8. Cubre cada rebanada con la mezcla de azúcar y canela y sírvelas calientes.

¡A disfrutar!

¿Qué te pareció esta receta? ¿Tienes algún platillo de tu infancia que te gustaría compartir?