En México, tal como ocurre en diferentes partes del mundo, existe una gran comunidad irlandesa que ha influido con sus tradiciones a nuestra cultura, celebrando el Día de San Patricio cada 17 de marzo con toda la algarabía de esta fiesta.

Un poco más atrás de esta celebración, existe una interesante correspondencia entre las tradiciones celtas y las culturas indígenas mexicanas que datan de miles de años.

Los fenómenos astronómicos siempre han encontrado su explicación en las leyendas de las diferentes culturas alrededor del mundo, y el equinoccio de primavera no es la excepción.

En ambas culturas se han encontrado edificaciones que permitían que la luz del sol iluminara el interior a través de pequeñas cavidades, únicamente durante los días de equinoccio en primavera y otoño.

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Sitio arqueológico Knowth, Irlanda | Foto: Anthony Murphy

Los antiguos celtas celebraban ese momento en el calendario en que el día y la noche tenían la misma duración, marcando el clímax de la primavera. Esta festividad estaba dedicada a la diosa de la primavera, Ēostre, que la religión celebrara posteriormente como Easter o Pascua, con una estrecha relación con el Día de San Patricio.

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Sitio arqueológico Chichén Itzá, México | Foto: TravelTriangle

Por su parte, en las diferentes culturas del México antiguo los equinoccios marcaban ciclos agrícolas y les permitía precisar las temporadas de lluvia, tan vitales para su supervivencia.

Fascinante, ¿verdad?

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